Cómo hacer crecer un negocio sin perder el equilibrio en las otras áreas de la vida.
Este es un tema al cual he estado dando vueltas durante las últimas semanas.
Si en la entrada de la semana pasada hablé del gran error que hizo decrecer mi negocio un 40% en el 2021, hoy quiero hablar de cómo pienso recuperar el terreno perdido.
Pero —esto es clave— disfrutando el proceso y sin sacrificar los avances que he logrado en otros aspectos de mi vida.
(Como padre, como pareja, a nivel físico, en cuanto a realizar actividades que disfruto o he aprendido y que no tienen que ver con trabajo.)
Pero este post no es una guía de planificación anual, ni la típica resolución de cada nuevo año.
Lo que haré aquí es explicar los 3 pilares en los que me apoyaré durante este año para conseguir ese equilibrio en la vida que todos queremos.
Estoy seguro de que a alguien le servirá. ?
¿Arrancamos?
Pilar #1: Productividad.
Según la empresa WorkMeter, las personas que trabajan en una oficina desperdician el 30% de su tiempo productivo sin darse cuenta.
Redes sociales, Internet, noticias, interrupciones. ¿Te suena algo de eso?
Ahora, quienes trabajamos en remoto solemos estar expuestos a pérdidas de eficiencia adicionales.
A todo lo anterior, sumémosle hijos, quehaceres domésticos y un sinfín de potenciales distracciones.
¡10% menos eficiencia para los emprendedores y trabajadores digitales! ?
Ahora, incluyamos en la ecuación a nuestras propias falencias al organizar el trabajo:
Multitasking…
Deficiente gestión del email…
Reuniones no productivas…
Falta de planificación por bloques…
No priorización de actividades clave…
Etcétera.
Todo esto nos quita, al menos, otro 10% o 20% de productividad.
Es decir, al final, resulta que podríamos hacer el doble en el mismo tiempo.
O el mismo trabajo en la mitad de tiempo (a algunos, esto último les sonará mejor ?).
El asunto es que, para hacer crecer un negocio propio o posicionarnos como elementos clave en el trabajo y, además, cuidar los otros aspectos importantes de la vida, necesitamos ser eficientes con el tiempo.
Si te puedes permitir invertir en un buen curso de productividad, creo que vale muchísimo la pena.
No promociono alguno en particular, pero estoy en plena búsqueda de uno para mí.
Si te interesa el tema, escríbeme y te cuento lo que he averiguado hasta ahora.
Pilar #2: Flow o Experiencia Óptima.
Se conoce como Flow o Experiencia Óptima al estado en el cual una persona se abstrae por completo —llegando, incluso, a perder la noción del tiempo— mientras realiza una actividad que le da placer y felicidad.
Algunas características de este estado son:
- Existe un objetivo definido.
- Se alcanza un grado de concentración máxima y alto rendimiento.
- Los aciertos y fallos son inmediatos. Permiten corregir.
- La actividad no se siente ni muy fácil ni muy difícil.
- Se actúa sin esfuerzo, preocupación o miedo al fracaso.
El trabajo, aunque a algunas personas les cueste creerlo, es una actividad que puede proporcionarnos una Flow Experience.
Y no solo en sectores creativos, sino también en sectores más empresariales.
Quienes lo logran, son capaces de alcanzar desempeños brutales, lo cual les permite hacer crecer un negocio manteniendo el equilibrio en otras áreas de la vida.
Es un poco lo que decíamos en la última entrada:
- Si me gusta algo y tengo un talento para ello, disfruto haciéndolo.
- Si disfruto haciéndolo, quiero hacerlo mucho.
- Si lo hago mucho y tengo talento, me vuelvo muy bueno.
- Si me vuelvo muy bueno, crezco, obtengo resultados y gano dinero.
Hace poco leí acerca de la Teoría del Flow y me encantó.
Definitivamente, es algo en lo que quiero profundizar.
Creo que parte de mi desenfoque del 2021 se debió a que empecé a hacer menos de las cosas que disfrutaba y más de las que no.
¡Eso cambia por completo para el 2022!
Y te animo a descubrir esa área de intersección entre aquello que:
- El mercado necesita (¡que de algo hay que vivir!).
- Se te da bien (tienes talento por encima del promedio).
- Disfrutas (lo harías, aunque no te pagaran).
Pilar #3: Foco.
Que las personas somos multidimensionales. Sí.
Que debemos ocuparnos de los distintos ámbitos de la vida. También.
El problema es que, cuando planificamos, tendemos a ponernos objetivos retadores en cada uno de nuestros 6 o 7 roles a la vez.
Entonces, resulta que, en el mismo año queremos montar o hacer crecer un negocio exitoso en paralelo a nuestro trabajo…
Mejorar nuestra relación de pareja, pasar más tiempo con los hijos, ver más a los amigos…
Retomar el pádel, empezar a montar bici, tocar la guitarra…
Comer sano, perder 10 kilos, dejar de fumar…
¡Ah! Y, en los tiempos libres, aprender chino mandarín…
Ya sabes lo que pasa al final, ¿no?
Creo que es importante que, de todo aquello que compone nuestra vida ideal, elijamos los 2 o 3 objetivos que deseemos cumplir antes y nos enfoquemos en ellos.
Una vez que los hayamos conseguido y, sobre todo, hayamos incorporado los hábitos que lo hicieron posible, podremos ir por los siguientes.
En mi experiencia, esto de crear la vida a medida, va más de ir virando suavemente, al acumular logros parciales, que de hacer un giro radical de 180°.
Para terminar, me gustaría preguntarte algo.
Llevo unos días pensando que el blog y los correos que envío deberían tratar de algo más que sólo generar ingresos en Internet.
Considero que la misma persona que sueña con un trabajo que le dé más libertad y flexibilidad, puede, además, querer aprender a:
- Invertir y hacer crecer ese dinero.
- Ser más productiva y eficiente.
- Ejercitarse y alimentarse mejor, cuidar su cuerpo y energía.
- Criar a sus hijos y prepararlos para la vida, mientras puede dedicarse tiempo a sí misma, sin sentirse culpable.
- Mejorar o reavivar la relación con su pareja.
No soy un experto en todos esos temas. ¡Qué va!
Pero sí que son de mi interés y a cada uno le he dedicado algo de tiempo de investigación.
Y, lo más importante, conozco a algunos especialistas muy cracks que estarían felices de compartir con nosotros lo que saben.
¡Si algo de esto te hace sentido, te agradeceré un montón que me lo hagas saber en los comentarios!
Abrazo grande,
Ramón
PD. La semana pasada comenté la pérdida de dinero que tuve debido a una mala inversión y más de una persona me preguntó por ello.
En la próxima entrada explicaré el tema porque, de verdad, no le deseo a nadie una experiencia como esa. ¡Sobre todo porque podría haberla evitado!